Desde la perspectiva de Piaget, no existe una Ciencia de la Educación imparcial y objetiva que permita abandonar el empirismo y la tradición en la que se desarrolla la pedagogía (p. 9-10). En un escenario tan propicio para la experimentación, el pedagogo no diseña experiencias continuas y metódicas, y en cambio sigue usando el “buen sentido común” para resolver las situaciones que se le presentan en su práctica (p. 13). La pedagogía experimental que existe y que ha proporcionado trabajos de gran valor, sigue siendo desconocida (p. 15).

Al revisar la historia de la pedagogía se encuentra que las principales contribuciones no han sido realizadas por pedagogos. El problema de fondo que plantea Piaget por lo cual no se ha consolidado una ciencia de la educación, es que a pesar de la existencia de una gran cantidad de educadores, estos no han conformado una elite de investigadores que hagan de la pedagogía una disciplina científica (p. 17).

Piaget considera que la causa de este problema, radica en las condiciones sociales poco favorables de los maestro: en primer lugar los sueldos no son equivalentes a los de otras profesiones y en segundo lugar la profesión de ser maestro no tiene reconocimiento social y prestigio intelectual porque se considera que su única función es la de transmitir un conocimiento, sin reconocer la complejidad de los problemas asociados con la enseñanza (p. 17-19).

En este sentido, Piaget pone en evidencia cuatro grandes obstáculos sociales que impiden que los maestros generen nuevo conocimiento: en primer lugar no se reconoce la pedagogía como una ciencia difícil de abordar por la complejidad de los factores que entran en juego; en segundo lugar al maestro se le ha reducido su libertad intelectual porque debe atenerse a programas y métodos determinados previamente por el estado y no por una comunidad académica; en tercer lugar los maestros no tienen dinámicas para buscar acuerdos sobre los problemas a abordar y las formas de compartir resultados, más allá de las movilizaciones sindicales; y finalmente, en algunos lugares, la formación de maestros de la básica está a cargo de las Escuelas Normales sin una relación con la investigación, y la formación de los maestros de la media son formados por las Universidades con un fuerte énfasis en las disciplinas de enseñanza pero sin relación con la pedagogía (p. 19-21).

Sobre el último obstáculo social, si bien Piaget menciona la creación de academias, institutos y centros de investigación en pedagogía como respuestas particulares en diferentes países, persisten dos problemas sustanciales cuando estas iniciativas están vinculadas a las universidades: las facultades demarcan estancos de conocimiento perjudiciales para el desarrollo interdisciplinar de la pedagogía, y los departamentos de pedagogía corren el riesgo de constituirse con docentes que son rechazados de otros departamentos, y que por tanto se dedican a enseñar didáctica, lo que también resulta perjudicial (p. 23-25).

Reseña tomada de: http://www.iered.org/wiki/Piaget1969