VERSION|fp-0.909.1|SUBJECT|Motivación para la transformación social|CONTENT|¿Qué motiva a una persona a hacer lo que hace, cuando esto supera lo que culturalmente se espera?. Esta es una pregunta a la que inevitablemente se llega cuando se impulsan o dinamizan procesos de transformación. Hace algunos años fue como estudiante, con estudiantes y para estudiantes, con la comunidad estudiantil de una facultad de ingeniería, en el intento de generar una dinámica política (entendida como mecanismo y espacio de negociación de intereses para un desarrollo armónico como colectivo) seria, propositiva y reguladora de los procesos académicos. Después de un par de años de trabajo, y de otro par de años de recuperación por el desgaste, la sensación que quedo fue la de una labor quijotesca contra unos molinos que siguieron su curso con y a pesar del trabajo realizado. Pareciera que la cultura que influye en nuestras dinámicas sociales (pero que se alimenta de ella), estuviera en un ciclo infinito de reafirmación constante, en aquellos aspectos que desde una mirada conservadora, se consideran como nocivas para una sociedad armónica: la apatía de la mayoría por construir procesos democráticos, la beligerancia de unos pocos que ven enemigos en cada rincón, el facilismo con el que se plantean soluciones en cualquier conversación pero sin ninguna intención de materialización seria, la facilidad con la que se exige a otros que hagan y cambien sin la menor intención de colaborar, etc. Pero como la conducta humana generalmente no se rige por lógica sino por pasiones y por eso se reincide, ahora que vuelvo a participar de procesos de transformación donde están involucrados docentes de diferentes niveles (educación básica y medio, universidad, escuelas rurales), la pregunta reaparece ¿Que hacer y como hacerlo para motivar a los profesores a que transformen sus prácticas docentes en beneficio de las personas que pasan por sus aulas de clase?. Pregunta que surge a raíz de las dificultades para mantener un ritmo de trabajo diferente al culturalmente exigido. En una conversación casual con NO y LC, docentes de un colegio de la ciudad de Popayán y con quienes participamos en un proyecto, me comentaban algunas de las observaciones que ellas realizaban de compañeros que desistieron de seguir en el proyecto. De un lado esta el esfuerzo intelectual y de tiempo que implica estar en este tipo de procesos, por que no sólo es cuestión de asistir a unas reuniones, sino que significa trabajo individual y trabajo con sus estudiantes. Para algunos este esfuerzo no tiene sentido si se tiene en cuenta que están próximos a jubilarse o si esto representa una confrontación con una cultura institucional que conlleva a seguir haciendo las cosas tal y como se han realizado hasta ahora. Pero además esta el poco o ningún apoyo de las directivas de la institución, ocasionado por las disposiciones y normas nacionales que existen sobre el sistema educativo, y en donde se prioriza la docencia directa sobre cualquier otra actividad, llegando al punto de correr el riesgo de ser trasladado si no se completa todas las horas de trabajo a la semana con docencia directa. De otro lado esta la no formalización de las actividades del proyecto como un diplomado o como una actividad valida para aumentar créditos en el escalafón, para aspirar a una mejor remuneración salarial. Este y otros argumentos del porque no hacer las cosas, me vuelve a recordar las palabras de EF, una persona a la que académicamente respecto mucho: “existen mil razones, todas objetivamente contundentes para no arriesgarse a hacer las cosas, sin embargo el secreto esta en hacerlo a pesar de de todas ellas”. En este sentido, creo que la cuestión al desarrollar procesos de transformación social y cultural no esta en esperar que todos cambien, ni siquiera la mayoría, creo que el secreto esta en identificar personas con las cuales se pueda ir constituyendo una masa critica que poco a poco vaya dando las condiciones para una transformación de los valores culturales, porque ello conducirá a una transformación de las dinámica sociales. Lo otro sería la imposición, pero todo procesos de imposición es artificial, y tarde o temprano se cae. |AUTHOR|ulises|DATE|1158944681|CATEGORIES|22|