VERSION|fp-0.909.1|SUBJECT|Nos Estamos Jugando la Última Carta en el GLUC|CONTENT|Primero, el número en aumento de personas que querían hacer parte del grupo y el entusiasmo que se respiraba en el ambiente, llevo a considerar una división más estructurada del trabajo. Se pensó en una junta directiva, en unos estatutos, se monto un portal en la web, una lista de correo, un foro electrónico. Para el primer festival de software libre, tan solo unos pocos meses después de creado, el grupo se había consolidado, con nuevos integrantes, con un posicionamiento en la comunidad universitaria, y con una infraestructura telemática que lo hacia visible ante otras comunidades en colombia. Después, la estructura se hizo más compleja. Se pensó en definir unas áreas de trabajo, en diversificar los espacios de socialización incluso en el ámbito mediático, en expandir los horizontes con grupos de estudio, en proponer y asesorar a la dirección universitaria en relación con el software libre. Después de año y medio, un segundo festival de instalación y un proyecto financiado por la universidad, el grupo empezaba a manifestar síntomas de agotamiento. Ya no había la misma participación, ya no había el mismo entusiasmo, y las nuevas personas se iban tan rápido como llegaban. Entonces se pensó en una reestructuración de fondo. El posicionamiento logrado con el grupo en la universidad, en la ciudad y en el país, en e ámbito de las comunidades de software libre, no se podía dejar acabar. Se realizaron muchas reuniones de diagnostico, y se pensó que lo mejor era regresar a sus orígenes, a la estructura flexible y de amistad de un inicio, y fue así como en una sola reunión, sin mucha participación se aboliron las complicadas estructuras y los inconsultados estatutos. Al final nada sirvió. La gloria de otros tiempos sólo es un bonito recuerdo. Ahí está el nombre, ahí esta la infraestructura, pero las personas se han ido, con sus ilusiones, emociones y conocimientos, dejando sólo su desesperanza. ¿Que paso? Es la pregunta que nos hicimos hoy. A cambiado, meses atrás nos preguntábamos que estaba pasando, pero hoy es una realidad. Esta vez salio una nueva perspectiva del problema: nosotros mismos. Tal vez el problema estuvo en que se formo y consolido un grupo de amigos que sin pretenderlo (por lo menos intencionalmente) se fue cerrando a personas nuevas en sus expresiones, sus gustos, sus ideologías, sus posiciones. Un grupo que empezó a atiborrarse de actividades y labores que fueron consumiendo el animo, y que al no gestar generaciones de relevo, llevo al agotamiento. Pero no siendo suficiente con esto, quienes por diversas circunstancias nos fuimos llenando de responsabilidades externas, no dejamos que los nuevos tomaran las riendas del grupo. Queríamos que se hiciera lo que nosotros pesábamos, pero no hacíamos, no nos comprometíamos, no supimos hacernos a un lado para que otros fueran asumiendo su posición en el grupo. Ahora hay alguien que quiere hacer un ultimo esfuerzo, jugarse una última carta: Si todo lo anterior ha fallado, intentemos hacer un último encuentro, un último curso y un último festival, por parte de algunos de los que pertenecemos a esa generación que marco una época en el grupo, con el fin de entregar el token a aquellos que lo quieran recibir y hacernos a un lado para que ellos tomen su propio rumbo. Si nadie recibe el token, igual nos retiraremos para que entonces, el destino, la historia y el mito hagan su parte. Después de pasar por varios grupos estudiantiles como miembro y como líder, aún no logro dilucidar que es lo que hace que un grupo funcione: ¿serán las personas?, ¿serán las circunstancias / el destino / la necesidad?, ¿sera ambas?. Lo único cierto es que sigo depositando mi fe en la capacidad intuitiva, innata o desarrollada, que algunas personas alcanzan, y que les permite convocar, motivar y dinamizar. Esperemos que alguien así aparezca... por que nos estamos jugando la última carta con el GLUC. |AUTHOR|ulises|DATE|1141306107|CATEGORIES|2|